Ocurre de forma más habitual a la que pensamos el sufrir un pinchazo o incluso un reventón. Perderemos tiempo pero es más importante saber afrontar este hecho para poder llegar a nuestro destino.
Lo primero que debemos conocer es donde se ubica en el coche la rueda de repuesto. Generalmente estará bajo la moqueta o los falsos fondos del maletero. Puede estar también en el exterior, en la parte baja del vehículo sujeta por una jaula. Debemos tener localizadas también las herramientas necesarias.
Hay que advertir también que cada vez son más las personas que apuestan por prescindir de la rueda de repuesto, apostando por kits anti-pinchazos. Eso sí, si el daño es mayor, estos kits no nos servirán para nada.
Lo primero que debemos hacer es descubrir los tornillos de la rueda, retirando los tapacubos si hubiese. Una vez realizado esto, debemos aflojar los tornillos, sin quitarlos, para retirarlos del todo una vez levantado el coche. Colocamos el gato y elevamos el coche lo suficiente como para que la rueda quede en el aire. Es clave colocar el gato de forma estable y segura para evitar sustos.
Retiramos la rueda y la colocamos debajo del coche, colocamos la de repuesto centrándola en el disco y usaremos como guía los agujeros de los tornillos. Colocaremos los tornillos sin llegar a apretarlos. Bajamos el coche y, ahora sí, apretamos los tornillos siguiendo un patrón en cruza asegurándonos que la rueda queda asentada en su sitio.
Cabe recordar, que esta rueda generalmente tiene un kilometraje limitado y debemos acudir al taller mas próximo a colocar una nueva.