Uno de los riesgos de la conducción en invierno es que nuestro parabrisas se empañe mientras estamos al volante. Pero antes de aprender a desempeñarlos debemos centrarnos en el origen del problema, y es que el parabrisas se empañan debido a la diferencia de temperatura que se produce entre el interior y el exterior del vehículo. En el interior del coche el cristal está frío ya que está en contacto con el exterior, por tanto, el aire interior próximo a él disminuye su temperatura obligándole a liberar el vapor de agua, lo cual produce la condensación.

Para desempeñarlo llegamos a la eterna duda: ¿Aire caliente o aire frío? El aire caliente es capaz de contener más cantidad de agua en estado gaseoso, por lo que será siempre la mejor opción. Si usamos aire frío el cristal también se desempañará igual, lo que ocurre es que será un proceso mucho más lento.

Pero el truco es hacerlo con el climatizador encendido, ya que así el aire pasa por el evaporador y tendrá menos cantidad de agua al llegar al cristal, como su temperatura estará más caliente absorberá las gotas y éste se desempañará a mayor velocidad. Si no disponemos de climatizador conectaremos el aire acondicionado enviando aire caliente al cristal, eso sí, asegúrate de haber desactivado antes la recirculación del aire en el interior del vehículo.

En definitiva, y si no disponemos de ninguno de los sistemas anteriormente citados, aplica aire caliente a máxima potencia sobre el cristal para retirar la condensación.